Concluye una semana histórica para las dos grandes devociones de Lucena. Hoy llegaban a su fin los cultos celebrados en San Pedro Mártir con motivo de la visita de María Santísima de Araceli a Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Tras la misa de despedida en su honor, celebrada esta mañana por el Excmo. Y Rvdmo. Sr. D. Jesús Sanz Montes, Arzobispo de Oviedo, Nuestra Madre partía a las 19.00 h. desde San Pedro Mártir hasta la parroquia de San Mateo Apóstol.
Desde la Venerable Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno queremos mostrar nuestro profundo agradecimiento a la Real Archicofradía de María Santísima por concedernos la visita de Nuestra Madre para engrandecer aún más, si cabe, el 425 Aniversario Fundacional y Año Jubilar que celebramos.
Quedará para el recuerdo una semana en la que el templo de San Pedro Mártir ha permanecido lleno de devotos que acudían a recibir a Nuestra Madre, a quien encontraban al llegar entronizada junto a Nuestro Padre Jesús Nazareno en el Altar Mayor. En su honor, cada Santa Misa celebrada nos ha dejado un bonito recuerdo de fraternidad y unión, en las que no han faltado cánticos y alabanzas.
Del mismo modo, agradecemos a todas las parroquias lucentinas, así como al convento de los RR.PP. Franciscanos, por haber oficiado cada día la Santa Misa y predicar la palabra de Dios para ensalzar tan grande devoción. A ellos se han unido todos los devotos lucentinos que se han acercado día tras día hasta el templo de San Pedro Mártir para compartir con ellos sus más sinceras oraciones.
Salve Regina, Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.
A ti clamamos los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
¡VIVA NUESTRA MADRE Y VIVA JESÚS POR SIEMPRE!