Cada 6 de enero, celebramos la Solemnidad de la Epifanía del Señor. En ella recordamos la «manifestación» del Mesías esperado, quien se revela a todos los pueblos de la humanidad, representados en los sabios de Oriente.
Los Reyes Magos encontraron al Mesías acostado en un humilde pesebre, a lado de María, su madre, y de San José, su padre. Le llevaron regalos: oro por su realeza, incienso por su divinidad y mirra por su humanidad. ¡Démosle nuestro corazón! Con toda seguridad, Él nos regalará más.
_Hermanos, hermanas, ¡abramos el corazón a la inquietud, pidamos el valor para avanzar en el camino y finalicemos en la adoración! No tengamos miedo, es el recorrido de los Magos, es el recorrido de todos los santos de la historia: recibir las inquietudes, ponerse en camino y adorar. Hermanos y hermanas, no dejemos que se apague en nosotros la inquietud de las preguntas, no detengamos nuestro caminar cediendo a la apatía o a la comodidad; y rindámonos, encontrándonos con el Señor, al asombro de la adoración. Entonces descubriremos que una luz ilumina también las noches más oscuras, es Jesús, es la estrella radiante de la mañana, el sol de justicia, el fulgor misericordioso de Dios, que ama a todos los hombres y a todos los pueblos de la tierra._
(Papa Francisco, Fragmento de la Homilia del 6 de enero de 2023)
¡FELIZ DÍA DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR!